Las diosas paganas, sucumbían a todo tipo de tentaciones. Montaban escenas, “rompían los platos” y, para conseguir un día perfecto, sufrían todo tipo de peripecias. Los platos rotos de Venus hacen referencia a las andanzas de la diosa. En Venus in culina la divinidad, negra y agotada de trabajar, implora algo. Cansada de sacrificarse por la familia olímpica, harta de recriminaciones, abandona la tierra y vuelve al mar. La vemos feliz en Venus culina discessit et ad mare. Los platos sucios quedan atrás y protegiéndose el rostro de los efectos nocivos de Apolo (el sol), disfruta.